Alondra García Miró se muestra más feliz que nunca con un interpretativo atuendo de novia

Alondra García Miró suele mantener un fashionismo intacto e impecable, en donde los tonos sobrios se hacen presentes por todo lo alto y es que precisamente venía con uno de sus colores favoritos, siendo el blanco en un interpretativo atuendo de novia que desplegaba luz y armonía en la bella imagen de la ojiverde.

La bella modelo e influencer ha dejado confirmado que lo suyo es la elegancia y que siempre está rodeada de outfits que se apoderan con sofisticación y estilo chic, como bien nos ha revelado mediante su cuenta de Instagram con vestidos en diversas texturas, al igual que conjuntos sastres o blazer y blusas que saben que el estampado no lo es todo, sino que la delicadeza de la seda, la seducción de la transparencia o con una textura lisa se hace exitosa por los tonos a llevar.

Alondra García Miró, luego de su separación con Paolo Guerrero, cabe resaltar que ha venido con gloriosos outfits, en los cuales se ha vestido reflejado su libertad, alegría y poniendo mucho más énfasis en su marca propia de joyas.

Es por ello que realizó una nueva sesión fotográfica en donde los accesorios como cadenitas y aretes eran los protagonistas de cada toma. Pero, el lente de Wapa, en definitiva, se paralizó con la preciada pieza puesta sobre su piel y es que este vestido blanco, conservando un perfecto estilismo en satén, derrochaba una clara interpretación de novia. Este vestido, mantenía el color blanco como abanderado y alineado a un modelo lencero, también se podía ver un escote redondo tan ideal para enaltecer aquella zona del busto y con una fluidez, seguía el camino de este vestido que mantenía una caída perfecta.

Alondra García Miró es una vez más la dueña de los colores sobrios y de presumir con belleza, diseños simples, pero ideales para resaltar son sofisticación, como lo hizo con este vestido blanco lencero.

La revista Vogue nos relata lo siguiente: "Eran los 'locos años 20' y una silueta se hacía hueco entre la cantidad de complementos y detalles que inundaban los atuendos. Se trataba de los vestidos lenceros, esos diseños de tirantes finos y silueta fluida, generalmente de satén y corte recto que las mujeres comenzaban a vestir vaticinando una de las tendencias reinas de, también, los años 90. Si en los años 20 eran lucidos con toda tipología de ornamentación -joyas, pañuelos o collares-, setenta años más tarde fueron rescatados para presentarse en su versión más minimal acaparando todo el protagonismo por cuenta propia. El slip dress era la pieza que no podía faltar en ningún armario para vestir en las ocasiones más especiales, pero también en el día a día reinventado, como en superposiciones sobre camisetas de manga corta o larga básicas".