Jaime Bayly delata a Mario Vargas Llosa y revela radical decisión que tomó contra su hijo Álvaro por desobedecerlo

La ruptura de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, puso al escritor peruano bajo el ojo de la tormenta, atrayendo la mirada de todos a la vida personal del Nobel de Literatura. Esta vez, Jaime Bayly reveló una anécdota del literato con su hijo Álvaro Vargas Llosa, cuando este se encontraba estudiando en la universidad.

En su última columna de opinión para el diario La Nación, a la que tituló ‘Los Genios’, el periodista Jaime Bayly reveló un pasaje poco conocido de la vida del autor de ‘La ciudad y los perros’ y dio datos de su relación con su hijo Álvaro.

En palabras de Bayly, en 1982 Mario Vargas Llosa se enfrentó con su hijo por una razón poderosa: Este se negó a continuar sus estudios superiores en la Universidad de Princeton en los Estados Unidos. Esta noticia no le habría gustado nada al escritor, quien decidió correr a Álvaro de la casa donde vivían en Lima.

“Contrariado porque su hijo mayor había suspendido sus estudios en Princeton, una de las mejores universidades del mundo, Mario Vargas Llosa le exigió que se retirase de la casa familiar en Barranco, Lima, y volviese de inmediato a Nueva Jersey para reanudar su vida académica. Álvaro se negó a seguir estudiando”, se lee en la columna de Jaime.

Según las palabras de Jaime Bayly, Álvaro Vargas Llosa se resistió de continuar estudiando en la prestigiosa universidad ubicada en Estados Unidos porque su sueño era convertirse en periodista y escritor y así hizo, siguiéndole los pasos a su progenitor, aunque este no estuviese de acuerdo.

"Después de vivir unas semanas en casa del pintor Fernando de Szyszlo, íntimo amigo de Vargas Llosa, Álvaro su mudó al apartamento en el centro de Lima de un fotógrafo del periódico, Jorge Seoane, 'Coco' Seoane", cuenta la columna.

El relato de Bayly continúa y asegura que el exesposo de Patricia Llosa decidió citar a su hijo en un parque de Miraflores para pedirle que abandonara su idea de dedicarse al Periodista y continuara en Princeton, pues solo así podría seguir gozando de los privilegios económicos que este le daba. Sin embargo, la reunión no resultó nada bien.

“Álvaro regresó al periódico ofuscado, tembloroso y con el ojo morado. Me dijo que su padre y él habían discutido acaloradamente en el parque, que él se había negado a volver a Princeton y que Mario, en un momento de amargura y frustración, le había dado un puñetazo”, confesó Jaime.