¿Es correcto emplear el sexo como premio o castigo con mi pareja?
Únete al canal de Whatsapp de WapaAunque se crea que en el amor verdadero el sexo es un acto de donación sin condiciones ni parámetros, hay quienes lo emplean como una herramienta para obtener lo que uno quiere de la pareja. Entonces, ¿Es posible utilizarlo como una forma de condena o castigo? ¿O es algo que debe de ganarse a pulso?
La naturaleza es tan sabia que diseñó el sexo para lograr conectar en un nivel muy íntimo con otra persona. Y el mejor sexo es el que está lleno de las mejores intenciones. Cuando pones a la otra persona antes que tus intereses, y quieres que cada uno de tus actos sean para que la otra persona goce. Tú gozas y yo gozo.
Esta es la forma correcta de vivir el sexo. Sin embargo, se mal emplea cuando se convierte en un acto para manipular. Donde la sinceridad no reina y se esconden intenciones “macabras” en el fondo.
Sí hay un trasfondo en tus relaciones sexuales que no es la búsqueda del amor o el placer, estás trasformando el coito en un arma para castigar quizás una indiferencia, o tal vez lo empleas para dar una recompensa, para aleccionar a tu pareja que su comportamiento en tal ocasión fue el correcto.
Sea por una u otra forma, estás mal. Pues tu único interés en obtener algo a cambio y al final es una forma de abuso, no sólo perjudicial para la relación, sino también para la otra persona, ya que le estás provocando un daño más profundo.
Consecuencias de dar sexo como premio o castigo
Hace menos agradable la experiencia
Esa personita especial no puede ser tratada como un animal, que es recompensada cada vez que hace algo bueno, o castigada cada que obra mal. Tú misma sentirás que el sexo no es bueno por creer que estás cometiendo un abuso de poder.
Las relaciones saludables y de mayor placer son las que comunicas con tu cuerpo lo que tu corazón y mente tienen que decir.
Desacuerdos van a hacer siempre, no te pedimos que los ignores. Pero es mejor conversarlos y llegar a un punto medio. Utiliza el sexo para celebrar acuerdo y no para condicionar por malos actos.
Destruye la autoestima
Es imposible separar las emociones de un encuentro sexual. Recuerda que el sexo es más que un momento divertido. Se trata de respetarse y valorarse mutuamente. Cuando esto se corrompe y ensucia por utilizar el sexo para nuestros propios fines, la autoestima del otro fácilmente queda dañada.
El otro participante de este encuentro sexual sentirá que está siendo castigada, que tienes un tipo de interés o actúas por conveniencia. Esto puede hacer que la persona se siente inferior o incluso usada, haciéndolo parecer una relación abusiva.
Genera resentimientos
Nadie puede ser utilizada, menos en el sexo. Cuando las relaciones sexuales se convierten en una forma de obtener lo que queremos como por ejemplo la atención, el compromiso o ciertos favores; los fines se centran en las ganancias y en una manipulación personal que pronto comenzará a gestar resentimientos en la pareja, ya que el único medio de conseguir algo es a través de las relaciones sexuales.