¿Qué se esconde detrás del 'Portal Sagrado' que abrió el Papa Francisco?

El Papa Francisco inauguró oficialmente el Año Santo 2025 con una emotiva ceremonia en la que abrió la emblemática Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, marcando el inicio de un evento de gran trascendencia para la Iglesia Católica. Este acontecimiento tuvo lugar durante la misa de Nochebuena, el 24 de diciembre de 2024, cuando el Pontífice realizó un gesto simbólico que revive una tradición ancestral de la Iglesia.

La Puerta Santa, cerrada durante años y solo abierta en raras ocasiones, permanecerá accesible a los fieles durante todo el Año Jubilar. Este gesto, además de ser un acto litúrgico, representa una invitación espiritual a los millones de peregrinos que se espera visiten Roma a lo largo del próximo año. Se estima que más de 32 millones de personas participarán en esta experiencia religiosa, ya que el 2025 marca el inicio del Jubileo, una celebración de la misericordia y el perdón.

La Puerta Santa no es solo un símbolo arquitectónico, sino que representa un acceso a la gracia y la purificación. Tradicionalmente, este portal solo se abre durante los años jubilares, un evento que tiene lugar cada 25 años, aunque puede celebrarse de forma extraordinaria en situaciones especiales, como es el caso del Año Jubilar 2025. Abrir esta puerta es una invitación a la conversión, al arrepentimiento y a la renovación espiritual.

A través de este acto simbólico, el Papa Francisco recuerda a los fieles la importancia de la misericordia divina y la posibilidad de alcanzar el perdón por medio de la penitencia. Durante el Jubileo, los peregrinos que atraviesan la Puerta Santa pueden recibir una "indulgencia plenaria", que, según la doctrina católica, borra los pecados cometidos, permitiendo así un nuevo comienzo en su vida espiritual.

El Jubileo es mucho más que una celebración local; es un evento global que atrae a millones de creyentes de todo el mundo. Para el Año Jubilar 2025, se espera que alrededor de 32 millones de peregrinos lleguen a Roma, provenientes de todos los rincones del planeta. Esta es una oportunidad para que los católicos profundicen su fe, participen en las misas especiales y experimenten la universalidad de la Iglesia.

Además, el Jubileo ofrece un contexto único para reflexionar sobre temas centrales de la vida cristiana, como la reconciliación, la paz y la solidaridad. Durante todo el año, las celebraciones litúrgicas, las peregrinaciones y los eventos especiales estarán destinados a fortalecer el vínculo de los fieles con la Iglesia y con su espiritualidad. La apertura de la Puerta Santa, por tanto, no solo marca el comienzo de una tradición, sino también el inicio de un camino de renovación colectiva que se vivirá en la Ciudad Eterna y más allá de sus fronteras.