¿Qué dice la controversial columna de Jaime Bayli y por qué ha levantado tanto movimiento en las redes?

Jaime Bayly siempre se ha caracterizado por escribir relatos de su vida, o la de sus familiares, en forma de ficción, pero siempre dejando algunas pistas, como algunos nombres o datos reales, para que el lector pueda “confirmar” la veracidad de estas historias.

Esta forma de escribir y contar sus historias lo hace en sus libros y también en sus columnas. Por ello, su última publicación en un medio peruano ha causado mucho revuelo, ya que desvelaría una escalofriante acusación contra un famoso Cardenal peruano e integrante del Opus Dei.

En su columna de opinión en Perú 21, "Te voy a pedir un favor", Jaime Bayly inicia la narrativa mostrando un diálogo en el que Dorita -que es el nombre ficticio que el periodista le da a su madre en más de uno de sus relatos- le pide a su hijo Barclays -que sería el apelativo que se otorgó él- que ya no escriba más sobre ella, “porque me dejas como una tonta. Me dejas como una beata. Me dejas como una dictadora”.

Sin embargo, esto no es lo controversial y lo que causó el asombro de muchos, la parte en la que habla sobre los abusos sexuales que cometió el Cardenal Cienfuegos es lo que verdaderamente llamó la atención. Pues muchos han interpretado que, por todos los datos que brinda Bayly en su columna, se trataría del cardenal Juan Luis Cipriani.

“(El Cardenal Cienfuegos) No te quiere nada. Has escrito cosas horribles contra él. Lo has llamado El Cuervo.

-He escrito cosas horribles de él porque es un hombre horrible -se crispa Barclays.

-¡No es un hombre horrible! -se enoja Dorita-. ¡Es un gran hombre! ¡Es un santo! ¡Y es mi amigo de toda la vida! ¡Así que por favor respeta a tu madre!

-¡No es ningún santo, mamá! -levanta la voz Barclays-. ¡Es un pervertido, un depravado!

-¿Por qué dices eso? -se alarma Dorita.

-¿Por qué crees que lo han mandado a Roma, mamá? ¿Por qué crees que está aislado, incomunicado? ¿Por qué crees que lo han castigado?”

Este último cuestionamiento que le hace Barclays a Dorita, brinda muchos datos del Cardenal Cienfuegos que se asemejan al ex arzobispo de Lima.

“Dorita no responde, se queda muda. Su hijo prosigue:

-Yo conozco la historia. Tu amigo, el Cardenal Cienfuegos, abusó sexualmente de los Figueredo, de nuestros amigos los Figueredo, de Antonio y Augusto Figueredo, ¿lo sabías?

Dorita no dice nada. Pertenece al Opus Dei. Su amigo, el Cardenal Cienfuegos, también milita en esa cofradía. En una de las casas del Opus Dei, Cienfuegos abusó sexualmente, durante años, de los hermanos Antonio y Augusto Figueredo, o así lo afirman ellos, quienes lo denunciaron ante los jefes del Opus Dei: dijeron que Cienfuegos, cuando los confesaba a solas, los sentaba en su regazo, los besuqueaba y los manoseaba.

(…)

Cuando los hermanos Figueredo denunciaron al Cardenal Cienfuegos ante los jefes del Opus Dei, estos adoptaron la postura impávida de Dorita: protegieron a Cienfuegos, desestimaron la denuncia y los amonestaron a ellos, por no quedarse en silencio. Sin embargo, las denuncias llegaron a oídos del Papa argentino, quien ya veía con hostilidad al Cardenal Cienfuegos y por eso lo despachó al exilio en Roma, prohibido de dar entrevistas”.

Ante estas revelaciones, Marco Sifuentes no hizo oídos sordos y habló en su programa ‘La encerrona’ sobre estas acusaciones. El conductor fue bastante claro e incluso señaló que estas acusaciones merecen una aclaración por parte de la iglesia católica del Perú.

“El abuso sexual es un delito común. Es un delito que está en la ley, que tiene que ser castigado bajo la ley peruana. Si el señor ha sido acusado de un crimen así, corresponde que se haga una denuncia formal de las autoridades peruanas y que luego se investigue y que, llegado el caso, se sancione. ¿Qué es esto de mandar a alguien al extranjero cuando se sospecha que ha trasgredido la ley? Lo que corresponde es entregarlo a las autoridades y no esconderlo. El Nuncio Apostólico, la Conferencia Episcopal peruana tendrían que dar explicaciones”, menciona el periodista.

En julio de 2020, a través de sus Polidatos, el diario Expreso advirtió de la ausencia de Cipriani en el Perú.

“Hace tiempo que no se oye nada del cardenal Juan Luis Cipriani. Extraña que su consabida locuacidad sobre temas cotidianos y en especial, de la política local, se haya suspendido. ¿Alguien lo ha visto [a Cipriani]? ¿No lo habrán secuestrado sus enemigos jurados de ese think tank caviarón llamado “PUC”? ¿Algo sabrá de este misterio Cateriano? ¿Alguien dijo Roma?”, escribieron.

Si relacionamos lo que menciona Bayly en su columna y que a Cipriani no se le ve tan activo en los medios de comunicación – un hecho que sorprende mucho porque siempre ha estado muy presente - es muy fácil encajar las piezas y descubrir la razón por la que el Cardenal no da entrevistas.