Comunero en el Vraem: “no se trata de SL, esta masacre sería una declaración de guerra”

El lunes 24 de mayo, Perú amaneció con una lamentable noticia ocurrida en el Vraem. En un inicio, trascendió que 18 compatriotas murieron a manos del grupo terrorista Sendero Luminoso.

Con el transcurrir de las horas, la versión oficial que manejaba el Ejército, el Ministerio del Interior y la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía Nacional del Perú (Dircote), coincidió en ratificar que los responsables son parte de una columna senderista, pero que el número de las víctimas era de 16, entre ellos dos menores de edad.

Sin embargo, según un reportaje de Hildebrandt en sus trece, los verdaderos culpables serían otros y las autoridades habrían ocultado información vital para esclarecer los hechos.

“Parece que no se trata de Sendero porque un golpe de esa magnitud sería como una declaración de guerra, como darse un tiro a los pies”, explicó un comunero que pidió al semanario ser identificado con el seudónimo de “Chirampari”.

De acuerdo a las declaraciones del informante, el modus operandi de Sendero Luminoso es distinto al que se presenció la noche del 23 de mayo. Ese domingo, los asesinos, que eran tres individuos, robaron las pertenencias de las víctimas y escaparon en motocicletas.

“No creo que Sendero se haya querido llevar celulares porque podrían rastrearlos para ubicarlos fácilmente. La presencia de motos lineales tampoco coincide. Los senderistas caminan por el monte, no les sirven las motos”, comentó Chirampari.

“Cuando ellos vienen (Sendero Luminoso), reúnen a la gente del pueblo y dan con el objetivo que buscan. Pero así, barrer o arrasar (con las víctimas), no”, agregó al semanario.

Para Chirampari, tras la masacre, el comité de autodefensa de San Miguel de Ene no patrulló la zona porque no había electricidad ni señal celular. “Eso sucede cuando hay un operativo de las Fuerzas Armadas. Cortan las líneas para que la gente no pueda bloquear un operativo”, manifestó.

Además, sobre la fuga de los gatilleros, el comunero recogió la siguiente información: “Algunos testigos han señalado que los autores se habrían fugado hacia el Valle Esmeralda, cerca de una base militar”, aseveró.

Además de a los pobladores y periodistas de la zona, a quien tampoco le cuadra la versión de las autoridades es al alcalde de Vizcatán del Ene, Alejandro Atao, perteneciente al partido Fuerza Popular.

“Es la primera vez que veo una cosa así. La información que hemos recibido es que han sido mercenarios contratados. Se habla de gente con porte militar y motos que han dado el golpe”, contó al semanario.

“Los dueños del bar nunca me informaron de amenazas. Esos panfletos los pudo dejar otro grupo criminal para culpar a Sendero”, concluyó.