Tenista fue víctima de tocamientos indebidos tras ganar un partido
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La checa Sara Bejlek y su polémica celebración con su entrenador y papá.
Un hecho, ocurrido en el US Open, ha generado mucha polémica. La tenista checa Sara Bejlek, de 16 años de edad, ganó un partido y celebró el triunfo con su padre y entrenador.
Justamente, fue este momento que generó mucha sorpresa a propios y extraños, ya que los dos hombres fueron muy ‘efusivos’ al momento de abrazar a la deportista europea.
La checa, que se encuentra en el 194° lugar del ránking WTA, venció a la británica Heather Watson por 3-6, 6-4 y 7-5. Luego de quedarse con el triunfo, fue a darle el encuentro a su progenitor y profesor.
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Ambos agarraron el trasero a la joven deportista y el entrenador le dio un beso en la boca. Las imágenes fue tendencia en un abrir y cerrar de ojos. Los cibernautas criticaron duramente el hecho.
“No hay absolutamente ninguna razón para tocar a una chica de 16 años en su trasero de esa manera. Es más que inapropiado”, indicó un usuario en Twitter.
Otro cibernauta se sumó a las críticas. “A medida que avanzaba el video, empeoraba cada vez más”, señaló.
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Un seguidor del tenis también dio el grito al cielo. “La WTA necesita investigar esto, especialmente porque estas jóvenes viajan con hombres desde una edad muy temprana. También pueden decir que es el papá, pero ¿tu papá te toca el trasero así?”, manifestó.
Sin embargo, apareció la otra cara de la moneda, que defendió al papá y entrenador de Sara Bejlek.
“Lo que pasó con la tenista es bastante común en República Checa. No es algo que yo haría, pero muchos hombres simplemente no lo ven de manera sexual”, sostuvo.
La propia deportista se pronunció al respecto. “Por supuesto que vi el video. Fue una reacción espontánea de todo el equipo. Ciertamente puede parecer inconveniente e incómodo para algunos, pero ya lo hemos discutido con el equipo. No volverá a suceder”, aseveró.
Agregó: “Papá es mi papá y siempre lo será. Y conozco a mi entrenador desde que tenía ocho años. Si algo similar sucediera en la República Checa, nadie se ocuparía de ello. Pero como estamos en Estados Unidos, todo el mundo lo comenta. Pero como digo, hablamos y no volverá a suceder”.