Desde bajarse el sueldo hasta vender el avión presidencial: las promesas vacías de Pedro Castillo

El presidente de la República, Pedro Castillo, acaba de prometer una norma para obligar la entonación del Himno Nacional todos los lunes en colegios e instituciones públicas y privadas del país.

En su visita a Tacna, también comunicó que, como Poder Ejecutivo, propondrá que se declare el 7 de junio, Día de la Bandera Nacional, como feriado no laborable. Por ello, recordamos algunas promesas incumplidas del mandatario.

Se trata de una de las banderas de campaña de Pedro Castillo, al considerar que le bastaba con el sueldo de maestro para vivir sin problemas por el resto de su administración.

Aunque su decisión no tendría mayor efecto en la ciudadanía, sí fue considerado como un símbolo de empatía con la clase trabajadora que habitualmente recibe el pago mínimo.

Pero este ofrecimiento tomó fuerza cuando planteó que la reducción del sueldo también sea para sus ministros de Estado y los congresistas de la República.

Sin embargo, no ocurrió. Para muchos críticos, el presidente solo buscaba rellenar sus discursos.

En su momento, la propuesta causó revuelo. ¿Cómo era posible que la sede principal del Poder Ejecutivo termine como un espacio de exhibición? ¿A dónde se trasladaría?

Esas fueron algunas de las preguntas sin respuestas que confirmaron que la voluntad de cambio de Castillo se había desvanecido rápidamente.

Y es que el profesor no abandonó la residencia presidencial, ubicado en Palacio, y tampoco firmó ningún documento para proceder con la mudanza de Palacio.

En la actualidad, el presidente sigue encabezando reuniones, tanto regulares como extraordinarias en la sede gubernamental.

También le sirve como espacio de reuniones con altos funcionarios del exterior y hasta para convocar a sindicatos y organizaciones, lo que normalmente hace en el patio del Poder Ejecutivo.

Al inicio de su gestión, el jefe de Estado anunció la venta del avión presidencial, tal como lo hizo su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, la promesa cayó en saco roto puesto que no fue coordinada con la Fuerza Aérea. Según fuentes de la institución, el avión presidencial, más que trasladar al jefe al Estado, contribuye en tareas de respuesta rápida ante emergencias.

De igual manera, la antigüedad del aeroplano hacía difícil que su venda ocurra rápidamente.

Como gobernante lo mencionó una vez y ya no más. Y es que los problemas que enfrentó por los cambios en las Fuerzas Armadas parece haber acaparado su atención.

Las acusaciones de corrupción en los ascensos dentro de las FF.AA. causaron que el Gobierno no sea visto como impulsor de la meritocracia, olvidándose o aplazando la implementación del servicio militar obligatorio.

Sin duda, esta promesa es la que más rápido decepcionó. Cuando Castillo asumió las riendas del Perú concedió 72 horas para que los delincuentes extranjeros se vayan o procedería con una masiva expulsión.

El vacío de esta medida fue tal que la administración de Castillo inició con muchos de sus seguidores desencantados.

Si bien aún se puede plantear un paquete de medidas contra los criminales de otras nacionalidades, la problemática es tan compleja que sería imposible resolverlo en tres días.

Meses después, el Gobierno de Castillo llenó un avión con ciudadanos venezonalos con antecedentes, pero no pudo aterrizar en el país porque no se había coordinado con el régimen de Nicolás Maduro.

El mandatario planteó la creación de un sistema único de salud, a fin de propiciar la atención oportuna. Sin embargo, el propósito fue abandonado, porque no se llegó a presentar el proyecto de ley.