Cuatro razones por las que debes vacunar a tu hijo contra la varicela
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La varicela es una enfermedad eruptiva que se presentan con malestares corporales, fiebre, erupciones en todo el cuerpo; puede ser benigna, pero también muy grave, que puede requerir hospitalización, cuidados intensivos o en el peor de los casos causar la muerte.
Por ello, es importante que los padres de familia tomen conciencia sobre la importancia de vacunar a sus hijos oportunamente. Aquí te brindamos 4 razones por las que debes hacerlo:
1.En primavera se incrementan los casos de varicela
Si bien la varicela es una enfermedad viral que se presenta durante todo el año, en la temporada de primavera los casos se incrementan habitualmente, presentándose brotes en diferentes partes del país.
Durante esta temporada los casos por enfermedades eruptivas como la varicela aumentan sobre todo en los niños menores de 11 años, quienes son los más propensos a contraer esta enfermedad.
2.Vacuna gratuita
Ante el incremento de casos y muertes por varicela, el Gobierno del Perú decidió incluir este año la vacuna contra la varicela en el Calendario de Inmunizaciones para niños de un año (hasta 1 año 11 meses y 29 días) con la aplicación de 1 dosis.
Actualmente, el Ministerio de Salud cuenta con 400 mil dosis que están disponibles en los centros de salud a nivel nacional.
3.Previene las complicaciones y muertes por varicela
La vacuna es la única medida para combatir con garantía la propagación de la enfermedad en una comunidad vulnerable.
Al declararse un caso de varicela en una población vulnerable, es muy fácil que se produzca un brote, ya que es una enfermedad altamente contagiosa y se propaga rápidamente. Se recomienda la vacunación en niños y niñas a partir de los 12 meses en un esquema de una dosis (para evitar formas graves de varicela) o dos dosis con un intervalo de mínimo 3 meses (para evitar brotes).
4.Cobertura
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los países en los que la varicela es un problema de salud pública, la inmunización debe realizarse de manera sistemática y debe alcanzar una cobertura elevada (85%-90%) y sostenida.
La vacunación infantil con una cobertura menor puede modificar la epidemiología de la enfermedad y aumentar el número de casos graves en los niños de más edad y los adultos.
