La piel funciona como una barrera física que protege al cuerpo de los agentes externos, por ello, es importante muy importante tomar ciertos cuidados para protegerla. Especialmente, este cuidado se debe realizar en pieles maduras, ya que con el pasar de los años la piel se vuelve más frágil y pierde su capacidad para mantenerse hidratada.

Si una persona tiene incontinencia urinaria, se vuelve más propensa a desarrollar algún tipo de inflamación o infección en la piel de la zona perineal por estar expuesta a los fuertes componentes que contiene la orina. Por ello nace el libro “Todo sobre la Incontinencia Urinaria”.

En este material informativo, se explica por qué es relevante tener en cuenta que la piel, al encontrarse más expuesta a las secreciones corporales, es uno de los órganos que puede resultar más afectado por la incontinencia. El Dr. Alejandro Sánchez Pachas, médico geriatra de la Sociedad nos brinda cinco recomendaciones a tomar en cuenta para un correcto cuidado de la piel:

Es fundamental realizar una higiene diaria las veces que sea necesario con agua tibia y jabones de pH neutro.

El secado de la piel debe ser meticuloso, sobre todo en aquellos pliegues que pueden quedar húmedos luego de la limpieza.

Mantener la piel hidratada con productos que contengan aceites hidratantes y vitamina E para no alterar el pH natural de la piel.

Las prendas íntimas deben ser holgadas, de algodón u otro tipo de fibras naturales (evitar los materiales sintéticos, la lana y el poliéster, ya que son irritantes).

Además, se recomienda que se visite a un especialista de la piel de manera periódica, para detectar cualquier tipo de lesión.

De acuerdo con la dermatóloga del hospital Nacional Dos de Mayo, Lucia Bobbio Fujishima, quien señaló que el estrés es una de las causas más importantes de la dermatitis seborreica.

La doctora Bobbio explicó que esa enfermedad es una afección cutánea caracterizada por la aparición de placas escamosas en zonas con mayor cantidad de glándulas sebáceas como el rostro, cuero cabelludo, entre otros.

"Cuando las personas están sometidas a períodos de estrés hay un cambio en la composición y en la cantidad del sebo, que se manifiesta clínicamente con la presencia de escamas en la cara y caspa en el cuero cabelludo", declaró la experta a la Agencia Andina.