Llega el anillo inteligente que detecta infidelidades en tiempo real

En la era donde la tecnología se mezcla con la vida íntima, un nuevo dispositivo promete revolucionar la manera en que las parejas se relacionan. Se trata de "The Ring", un anillo inteligente que no solo mide tu salud física, sino también tus emociones más profundas. ¿Suena invasivo? Tal vez. ¿Inevitable? Definitivamente.

Desarrollado por RAW en alianza con la firma de innovación Queens Tech, The Ring fue diseñado para ser usado por ambos miembros de la pareja. Funciona únicamente cuando está sincronizado en pareja, y su función principal es monitorear, en tiempo real, el estado emocional de cada persona.

Utiliza sensores biométricos para detectar variaciones en el ritmo cardíaco, la temperatura corporal y los microgestos físicos. Además, incorpora un micrófono que analiza patrones de voz (sin grabar conversaciones) para identificar cambios sutiles en el tono emocional.

El dispositivo comunica lo que detecta mediante luces LED de diferentes colores. Cada color representa una emoción: tranquilidad, ansiedad, estrés, alegría… o incluso excitación. Y aquí es donde la polémica empieza.

Según sus desarrolladores, si el anillo capta una excitación repentina y fuera de contexto, se enciende una luz magenta, señal de una “intimidad inesperada”. Una especie de alerta emocional que, para algunos, suena a detector de infidelidades.

Aunque sus creadores aseguran que The Ring no fue diseñado para “cazar infieles”, no han negado que puede revelar alteraciones emocionales fuera de lo común. De hecho, lo promocionan como una herramienta de “conciencia emocional compartida”, ideal para parejas que desean más transparencia.

Pero esta transparencia también abre la puerta a los malentendidos. ¿Qué pasaría si el anillo se ilumina mientras estás solo viendo una escena romántica en una película? ¿O si sientes atracción momentánea por alguien más? El dispositivo no distingue el contexto... solo reacciona a las emociones.

The Ring se lanzará oficialmente entre finales de 2025 y comienzos de 2026, según anunciaron sus creadores. Aunque el micrófono del dispositivo no graba conversaciones y solo detecta patrones de voz, el hecho de que recoja datos biométricos y emocionales en tiempo real ha desatado fuertes debates sobre los límites entre privacidad, tecnología y confianza en pareja.

Mientras algunos ven en este anillo una nueva forma de conexión emocional, otros temen que se convierta en una herramienta de control encubierto, capaz de generar desconfianza, ansiedad o vigilancia excesiva en relaciones ya frágiles.