12 milagros de Santa Rosa de Lima: Hechos que marcaron la historia

Santa Rosa de Lima es conocida no solo por su vida de devoción y sacrificio, sino también por los numerosos milagros que se le atribuyen, tanto en Perú como en otros lugares del mundo. Desde la curación de personas gravemente enfermas hasta la conversión de pecadores, su intercesión ha sido motivo de inspiración y fe para muchos. En esta nota, exploraremos algunos de los milagros más sorprendentes que se le atribuyen, mostrando cómo su legado ha trascendido fronteras y generaciones.

María Sánchez era una niña quien sufrió un terrible accidente y que debido a ello quedó imposibilitada de caminar. Lo cierto es que los padres de la menor ofrecieron una novena para Santa Rosa en la tumba donde permanece hasta hoy sus restos mortales tras fallecer en 1617. Milagrosamente la menor se recuperó y volvió a caminar. Hasta hoy esto no puede ser explicado por la ciencia.

Isabel Durán era una viuda quien tenía un brazo que curiosamente estaba seco y sin movimiento. En 1617 mientras Santa Rosa de Lima era velada, su brazo rosó sus restos mortales y fue curada milagrosamente. Un sacerdote fue testigo del hecho cuando ya Santa Rosa iba a ser sepultada y es aquí que se le adjudicó un primer milagro a la Santa Patrona de Las Américas y las Filipinas.

Mauro Diego de Ayala era un ciudadano peruano quien al igual de Isabel Durán tenía serios problemas con uno de sus brazos. Si bien no estaba seco e inmovilizado, esta condición (el problema en su brazo) agravó su estado de salud postrándolo a la cama de un hospital. Un día acudió al sepulcro de la santa patrona y recobró su salud milagrosamente. Este caso así como el testimonio de aquellos que lo vieron fueron trasladados al Papa Clemente X en 1669.

Era una mujer quien permanecía postrada debido a una parálisis total de sus piernas. Lo cierto es que, obtuvo la movilidad de sus extremidades inferiores cuando de un momento a otro acudió al sepulcro de la Santa y se echó tierra a esta parte de su cuerpo.

Es una mujer desahuciada por su médico en tiempos en que la fiebre era una enfermedad mortal e incurable. En aquellos días, esta enfermedad que hoy es tratada y curada por medicamentos antes, era sinónimo del final. Es aquí que mientras se encontraba en su lecho de muerte, sujeto una estampa de la Santa Patrona y luego se quedó profundamente dormida. Lo cierto es que, tras ello, al día siguiente abrió los ojos y estaba curada.

Durante un periodo de hambruna en Lima, Santa Rosa mostró su compasión por los pobres de la ciudad. Se cuenta que, al distribuir panes entre los necesitados, estos se multiplicaron milagrosamente, permitiendo que todos los que acudieron a ella recibieran alimento suficiente. Este milagro reforzó su fama de santa generosa y protectora de los pobres.

Se narra la historia de un hombre que vivía en pecado mortal y se negaba a arrepentirse. Una noche, Santa Rosa se le apareció en sueños, instándolo a cambiar su vida. Impactado por la visión, el hombre decidió confesarse y se convirtió, muriendo en estado de gracia poco tiempo después. Este milagro subraya el poder espiritual de Santa Rosa para guiar a las almas hacia el arrepentimiento.

Él era un joven quien padecía fiebre y tosía sangre. Hasta el momento previo a su milagrosa curación, tres doctores lo declararon moribundo y solo había que esperar. Lo cierto es que él imploró ayuda a Santa Rosa de Lima y bebió agua mezclada con tierra de su tumba. Tras quedar dormido, se curó milagrosamente. Hasta hoy la ciencia no sabe explicar cómo ello pudo ocurrir en tiempos que ni la vacuna existía.

Candida tuvo un proceso de parto muy accidentado que casi le cuesta la vida. Padeció durante varios días intensos dolores que complicaban su ya deteriorada salud. Lo cierto es que colocó una estampa de la virgen y se curó. Ella contó que la estampita se la colocó en la zona del vientre.

Pero el caso que más curiosidad ha despertado es sin duda el del italiano Serafino Puglisi ya que en 1669 perdió la vista y el oído. Se le declaró desahuciado y casi muerto en vida. Sin embargo, él invocó a Santa Rosa y ella se le presentó. Este feligrés contó tiempo después que ella no solo se le presentó, sino que le habló. Él narró: “Ella me habló y dijo: ‘Te refrescaré’”.

Un niño cuyo nombre no ha sido documentado estaba a punto de perder la vista debido a una grave enfermedad ocular. Los padres del menor, desesperados por la situación, decidieron encomendarlo a Santa Rosa de Lima. Después de realizar sus oraciones, la salud ocular del niño se restauró de manera milagrosa, evitando la ceguera inminente.

En Italia, una mujer anónima sufría de una enfermedad considerada incurable. Desesperada, la mujer rezó fervientemente a Santa Rosa de Lima y utilizó una reliquia de la santa en sus oraciones. De manera inexplicable, la mujer se curó completamente, lo que fue visto como un milagro atribuido a la intercesión de Santa Rosa, extendiendo así su fama más allá de las fronteras de Perú.

La historia del Pozo de los Deseos en honor a Santa Rosa de Lima es realmente fascinante. Esta santa, nacida como Isabel Flores de Oliva en 1586, destacó por su profunda espiritualidad y su entrega a la oración y el sacrificio. La construcción de una ermita en el jardín de su hogar, donde pasaba largas horas en comunión con lo divino, es un testimonio de su devoción.

El pozo que cavó junto a la ermita, inicialmente destinado a ser el receptáculo de sus propios sacrificios y penitencias en forma de cruces, escritos y objetos simbólicos, adquirió con el tiempo un carácter sagrado. Tras su fallecimiento en 1617 y su posterior canonización en 1671, el pozo se convirtió en un punto de peregrinación para los fieles, quienes depositaban allí sus deseos y peticiones, confiando en la intercesión milagrosa de Santa Rosa.

La tradición del pozo de los deseos, que consiste en escribir las aspiraciones en papel y arrojarlos al pozo, se ha arraigado profundamente. Aunque no existen registros concretos de milagros asociados directamente al pozo, la fe popular atribuye numerosos favores concedidos a la intercesión de la santa tras visitar este lugar sagrado.

El Santuario de Santa Rosa de Lima, que alberga tanto la ermita como el pozo, se ha convertido en un sitio de gran relevancia espiritual para los católicos en Perú y en todo el mundo. Cada 30 de agosto, día de su festividad, miles de devotos acuden al santuario para encomendar sus peticiones y depositar sus deseos en el pozo, en busca de ayuda divina.

Este lugar emblemático sigue siendo un símbolo de la devoción a Santa Rosa de Lima y de la confianza en la intercesión divina para encontrar soluciones a las dificultades de la vida. La historia del Pozo de los Deseos es un recordatorio de la fe y la esperanza que inspira a tantas personas en su búsqueda de consuelo y ayuda espiritual.