¿Es imposible hablar con un adolescente? 6 claves para lograrlo con éxito

La adolescencia es una de las etapas más complicadas tanto para el adolescente, porque vive nuevas experiencias y cambios en los aspectos físico y emocional, como los padres ya que, también tienen empezar a tratar con ellos de una manera distinta y comprensible.

No obstante, a pesar de que los padres buscan la manera de comunicarse con sus hijos, durante la adolescencia se convierte en todo un desafío ya que, los chicos consideran que están yendo en contra de su independencia y libertad.

Todos sabemos que el único fin de los padres es brindar lo mejor para sus hijos mediante los consejos, aunque ellos  crean que no. Ante esta situación, en las siguientes líneas te mencionaremos algunos consejos para conectar y armar un vínculo con tus hijos, señalados en el portal Eres mamá. ¡Atenta y toma nota!

La charla no debe darse cada vez que los padres quieran. Por el contrario, esta debe tener lugar cuando los jóvenes la necesitan. No lo presiones para sentarse a conversar y que te cuente sus problemas.

Lo mejor que puedes hacer es mostrarte abierta, comprensiva y disponible. La empatía también será de gran ayuda: sin molestarlo, coméntale que tú también pasaste por situaciones parecidas y que tu experiencia puede servirle.

Curiosamente, la segunda de las claves para hablar con un adolescente tiene que ver con escuchar en vez de hablar. Muchas charlas de padres e hijos acaban en monólogos, sermones y anécdotas que no vienen al caso; así, no lograrás más que repelerlo.

Tu misión es justamente la opuesta: debes atender a sus inquietudes y, cuando te lo pida, coméntale tu parecer. Actúa prácticamente como él quisiera que lo haga un amigo; lógicamente, sin dejar en ningún momento tu rol de padre. Si debes poner límites en algún momento, no dudes en hacerlo.

Además de la innegociable confidencialidad que te pueda pedir, tu hijo también quiere ver en ti alguien en quien confiar. Por ejemplo, si te cuenta un problema grave que está teniendo, lo mejor es que primero lo consueles y le ayudes a remendarlo. Una vez hecho esto, puedes proceder a advertirlo, castigarlo o a marcarle lo que ha hecho mal. Piensa: ¿cuál sería el resultado si haces esto en el orden inverso? De seguro nunca más te contaría sus problemas.

Una táctica comunicativa muy efectiva es la de repreguntar. Por ejemplo, "¿quieres decir que lo que pasa es que…?". Cuidado: no lo hagas desde el cuestionamiento o la desconfianza, sino con total honestidad.

Esto, además de demostrar atención e interés, es una manera de aliviar tensiones y darle tiempo para plantear las cosas desde otro lugar. Incluso, puede darle la tranquilidad de sentirse más ameno y contarte todavía más.

Nada bueno puede salir de una charla en la que prevalecen los gritos y el tono elevado. Por eso, intenta siempre aportar calma y raciocinio a la tertulia. Para los impulsos y la pasión ya estará el joven.

Ya vimos las claves para escuchar. Ahora, ¿cómo debemos responder? Lo primero que debemos tener en cuenta es que, por más que queramos ganar la confianza del joven, también tenemos que indicarles el camino y educarlos.

Cabe mencionar que la adolescencia es una edad complicada en la que los padres debemos buscar el lado positivo a cada suceso, e intentar comprender.