El café más caro del mundo podría provocar la siguiente pandemia
Únete al canal de Whatsapp de WapaSi la COVID-19 ha generado muchas víctimas mortales, imaginen una próxima pandemia similar o peor que esta. La vida de una civeta común puede ir en dos direcciones. La primera, es tomando baños de sol en las copas de los árboles indonesios, en las profundidades de la selva húmeda. Durante sus 15 a 20 años de vida, puede cazar y vivir en libertad. La otra es significativamente más dramática: puede convertirse en productora del café más caro del mundo, el kopi luwak.
Hay prácticas de élite que se manejan como secretos de Estado, según refiere un informe de National Geogrphic en Espeañol. El kopi luwak que producen las civetas conlleva un proceso minucioso de explotación animal. Desde que son muy pequeñas, son atrapadas en el bosque húmedo y transportadas a los centros de producción. Todo bajo el silencio de la productora de café.
Como si de máquinas se tratara, a estos ejemplaren los mantienen encerrados en jaulas minúsculas, en las que conviven con sus heces todos los días, y se les obliga a comer exclusivamente las cerezas del café y a veces, composta que queda de la comida de los seres humanos.
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Aún rojas, el fruto del café se les da como alimento para que, durante el proceso metabólico, se disuelva la capa amarga que distingue a la cerezas. Después, los animales lo excretan casi íntegro, dejándoles un sabor dulce, muy llamativo para los turistas más adinerados.
Agotadas, insalubres y explotadas, las civetas pasan sus días en condiciones deplorables, que atentan contra su bienestar y sistema inmune. Al estar en contacto constantemente con sus heces, se acostumbran a las bacterias que expulsan, deteriorando su estado orgánico general. Cuando ya no sirven al proceso de producción, sencillamente son abandonadas a su suerte en el bosque, o vendidas en el mercado negro de animales.
De vuelta en su hábitat, las civetas no sobreviven mucho tiempo. Mueren a los pocos días, si es que aguantan el trayecto de regreso. En la fábrica, sin embargo, se hace un marketing espectacular que permite vender cada taza de café hasta en 60 libras esterlinas, bajo el nombre de kopi luwak: «café de gato«, en indonesio.
Imaginen ese costo en Perú. Si alguien con mucho dinero quisiera una taza de café kopi luwak, sencillamente deberá abonar 300 soles por ello, solo por deleitarse con una pequeña cantidad de esa exquisita bebida, sin saber que hay detrás de la producción.
En respuesta a esta realidad, la asociación sin fines de lucro People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) realizó un estudio documental en video en septiembre de 2020 sobre el proceso de explotación de las civetas. Además de denunciar el abuso hacia los animales, advierte a la comunidad internacional de los peligros de consumir productos que provienen de sus heces.
La organización hizo hincapié en que el SARS-CoV-2 es un virus zoonótico proveniente de una especie salvaje, que estuvo en contacto cercano con seres humanos. Este tipo de enfermedades son una amenaza para la salud global, ya que son fácilmente transmisibles de animales silvestres a nuestra especie.
Si alguna civeta —o varias— contrae una infección viral para la que los seres humanos no estemos equipados biológicamente, este tipo de prácticas podrían devenir en una nueva emergencia sanitaria mundial.
Con esta información disponible, PETA envió una carta al Ministro de Salud, Trabajo y Bienestar, Katsunobu Katō, instándolo a terminar con las importaciones japonesas de kopi luwak de inmediato. No sólo para evitar la compraventa de estos productos cafeteros, sino para frenar en seco la venta de los animales potencialmente enfermos a mercados tumultuosos.