Biólogo pone fecha para la extinción humana: "Estamos a punto para el colapso, y pronto"

La raza humana tendría fecha de extinción, según el biólogo evolutivo Henry Gee. Todo se acaba y todo llega a su fin, incluso el del mundo. Cualquier estudiante lo sabe: en algún momento morirá el Sol y dejará de existir el Sistema Solar tal y como lo conocemos. Los científicos han calculado cuándo llegará el fin del universo; por astrofísica elemental, dentro de 7.590 millones de años.

Incluso el mundo se terminará en algún momento. Después de estudiar el Sistema Solar, los niños llegan asustados a casa por la evidencia física del final, siempre les tranquilizamos: eso es un problema de los humanos de un futuro muy muy lejano, refiere el científico. El problema no es ese. El dilema es que para entonces los humanos llevaremos miles de años extintos. Y lo dice, una vez más, la ciencia.

Olvidemos momentáneamente los problemas sociales concretos que nos agobian, como por ejemplo: el calentamiento global, una posible guerra mundial, la pobreza o la escases de agua. Aun así, la ciencia evolutiva nos condena a extinguirnos, y más pronto de lo que imaginamos.

En un artículo reciente de en la 'Scientif American', el paleontólogo, biólogo evolutivo y editor de la revista 'Nature', Henry Gee, ha tratado de explicar la inminente pero no lejos extinción humana. "Las señales ya están ahí para quien quiera verlas”, dice Gee, “La pregunta es ¿qué tan rápido?".

Estas señales son muchas: la falta de variación genética, el desplome de las tasas de natalidad, la contaminación y el estrés de la vida en las ciudades superpobladas, el estancamiento de la productividad. Todo se reduce a una cuestión evolutiva esencial. Nuestro hábitat está cambiando rápidamente y no disponemos de herramientas genéticas como especie para hacerle frente.

Sucede que el Homo Sapiens ha crecido mucho en población desde un grupo muy pequeño, y esta hazaña tiene sus consecuencias. "Hay más variación genética en unos pocos grupos de chimpancés salvajes que en toda la población humana. Y la falta de variación genética nunca es buena", nos señala Gee.

En las últimas décadas, la calidad de los espermatozoides humanos ha disminuido enormemente, tal vez por la contaminación aunque no se sabe con certeza. Otra señal indudable del fin.

El asunto de la extinción humana es, desde su experiencia de Gee, una ley científica. Un destino. La llamada, "deuda de extinción".

La amenaza más insidiosa para la humanidad es algo llamado "deuda de extinción". Llega un lapso en el progreso de cualquier especie, incluso de las que parecen prosperar, en que la extinción será inevitable, sin importar lo que puedan hacer para evitarla.

"La causa de extinción suele ser una reacción tardía a la pérdida del hábitat", continúa Gee, y las especies que corren más riesgo son las que, como la nuestra, "dominan determinadas parcelas de hábitat a expensas de otras", que tienden a diversificarse en entornos diferentes mejorando su adaptabilidad.

De acuerdo con los cálculos de la comunidad científica que comenta Gee, el consenso general es que el incremento población -actualmente viven más del doble de personas en la Tierra que en 1968- logrará su punto máximo a mediados del siglo XXI. Entonces empezará a caer drásticamente. Incluso si no sucediera ningún desastre antes, "en 2100 el tamaño de la población podría ser inferior al actual". Partiendo de esa apreciación, Gee sospecha que la población no sólo va a contraerse, sino a colapsar, lo que significaría una extinción humana anunciada.