Hipersexualidad: Adicción al deseo sexual que perjudica la salud mental

Una línea muy delgada separa el deseo sexual intenso (pero normal) de una conducta sexual compulsiva o hipersexualidad. Únete al canal de Whatsapp de Wapa
    Hipersexualidad: Adicción al deseo sexual que perjudica la salud mental
    Una línea muy delgada separa el deseo sexual intenso (pero normal) de una conducta sexual compulsiva o hipersexualidad.

    El sexo es una práctica que trae muchos beneficios para la salud física y emocional del ser humano, sin embargo, una adicción podría ser contraproducente, según especialistas del Hospital Universitario Dexeus de España.

    Los expertos indican que la hipersexualidad podría desencadenar diferentes problemas emocionales en el individuo. A continuación, te comentamos cuáles son y qué medidas deberías considerar para evitarlos.

    ¿Qué es la hipersexualidad?

    Especialistas del Hospital Universitario Dexeus definen a la hipersexualidad como "una frecuencia e intensidad elevadas de fantasías y conductas sexuales, un elevado deseo sexual y conductas sexuales de riesgo que se relacionan con elementos impulsivos o compulsivos, y que provocan malestar en la persona".

    ¿Cómo saber si padezco de hipersexualidad?

     A menudo puede ser difícil de identificar la delgada línea que separa un deseo sexual intenso (pero normal), de una compulsión que puede causar muchos perjuicios para la persona que lo sufre y para quienes la rodean.

     Según el Hospital Universitario Dexeus, las señales a las que se debe prestar atención son las siguientes:

    1. Falta de control de las fantasías y los impulsos

    Las fantasías sexuales tienen beneficios saludables, sin embargo, deberás tomar acciones si estos pensamientos ocupan mucho tiempo en tu mente y no puedes controlar tus impulsos. 

    La hipersexualidad suele conducir a prácticas como masturbarse con mucha frecuencia, tener múltiples parejas sexuales, pasar mucho tiempo consumiendo pornografía o practicando sexo virtual y pagar por sexo. Esos son, en general, los síntomas más visibles, aunque no los únicos.

    2.  Sexo solo para ocultar problemas

    Existen estudios que señalan que la actividad sexual nos ayuda a liberarnos del estrés y otorga otros beneficios. Sin embargo, en el caso de la adicción al sexo, la búsqueda de relaciones sexuales se convierte casi exclusivamente en un intento por escapar de la soledad, la ansiedad y los síntomas de depresión.

    Luego que se dio riendas al desenfreno, puede aparecer el sentimiento de culpa vergüenza, baja autoestima, angustia e insatisfacción. Este es otro de los síntomas de la hipersexualidad: una especie de constante "síndrome de abstinencia", un malestar que solo parece poder resolverse por medio de nuevas prácticas sexuales.

    3. Dificultad para establecer y mantener relaciones afectivas

    Los especialistas también señalan que las prácticas derivadas de la hipersexualidad (deseo sexual exacerbado, búsqueda de nuevas parejas sexuales, consumo de pornografía, etc.) y el malestar generalizado que genera suelen generar, a su vez, nuevos efectos negativos. A menudo son motivo de problemas con la propia pareja -si tiene- o de dificultades para establecer vínculos con otras personas.

    La situación también perjudica la relación con familiares y amigos, debido a ese estado de insatisfacción, vergüenza y angustia casi permanentes, por un lado, y al tiempo cada vez mayor que la persona dedica a sus prácticas sexuales. Por lo tanto, el deterioro de los vínculos con las personas cercanas podría ser también, en ocasiones, el resultado de una pérdida de control del deseo sexual. 

    Hipersexualidad: Un riesgo para salud 

    Otro punto que indican los especialistas es que, la practica desenfrenada del sexo con múltiples personas abre puertas a un contagio de enfermedades de transmisión sexual como VIH, clamidia, gonorrea y el virus del papiloma humano.  Asumir este riesgo (que no solo concierne a la persona con hipersexualidad sino también a sus parejas o compañeros sexuales) y seguir adelante es otra señal de pérdida de control.

    Cabe señalar que, existen consecuencias más graves que desencadenaría la hipersexualidad: consumo o abuso de drogas, depresión, intentos de suicidio, posibilidad de cometer delitos sexuales.

    ¿Qué hacer?

    Los expertos del Hospital Universitario Dexeus recomiendan acudir en busca de ayuda profesional lo antes posible. Aseguran que, es muy difícil de superar este problema, pero no imposible.

    Hay que tener en cuenta que las causas de la conducta sexual compulsiva no se conocen con exactitud: según la Biblioteca de la Clínica Mayo podrían involucrar desde un desequilibrio en los neurotransmisores y otros problemas fisiológicos hasta factores de riesgo como otras adicciones, conflictos familiares o antecedentes de abuso sexual o maltrato físico.

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