Sangre menstrual azul: las mentiras de los comerciales de toallas higiénicas
Únete al canal de Whatsapp de WapaDesde hace varias décadas los productos de higiene menstrual se han multiplicado y hoy en día existe en el mercado una gran diversidad de toallas higiénicas creadas para satisfacer todos los gustos y necesidades de las mujeres menstruantes.
Pero lo que no ha cambiado mucho en los últimos años es la manera cómo la publicidad representa la regla a través de sus anuncios. Aunque recientemente han aparecido algunos comerciales que quieren marcar la diferencia, la mayoría de ellos siguen presentando las mismas mentiras de siempre.
Y ya que los anuncios publicitarios de productos de higiene menstrual contribuyen con sus mentiras a que la regla siga siendo un tabú, vamos a analizar cada una de esas falsedades.
La sangre azul
Lo primero que podemos notar en los comerciales de toallas higiénicas es que la sangre menstrual es reemplazada por un líquido azul. Cada vez que muestran la capacidad de absorción de las toallas lo hacen lanzando sobre ellas un líquido azul que no se parece en nada a la sangre menstrual.
Parece que les resulta tan desagradable este fluido de nuestro cuerpo que ni siquiera son capaces de usar un líquido rojo que simule la regla.
La regla es igual a “esos días”
Otra característica de este tipo de publicidad es que nunca se menciona la palabra regla o menstruación sino que se reemplaza por otro tipo de expresiones como “esos días del mes”.
Esto me recuerda a expresiones coloquiales que se emplean para evitar decir estoy con la regla o me ha venido mi menstruación como: estoy indispuesta, estoy enferma, estoy en mis días, estoy con la comadre, o estoy con Andrés (el que me visita cada mes).
Lo que no se nombra no existe, así que mientras sigamos evitando llamar a las cosas por su nombre seguiremos invisibilizando este proceso natural de nuestro cuerpo.
Se llama ciclo menstrual (en realidad los días de sangrado forman parte de una fase de este ciclo: la fase menstrual) o menstruación o, por último, llámenla regla pero no olviden mencionar aquello que sus productos se encargan de atender.
Las púberes no menstrúan
Las mujeres que aparecen en los comerciales son aquellas que ya acaban de alcanzar la mayoría de edad o que ya son adultas cuando en realidad nosotras comenzamos a menstruar entre los 11 y los 13 años aproximadamente y hasta hay casos de niñas que comienzan a menstruar a los 9 o 10 años.
La publicidad no muestra a púberes menstruando y de esa manera ignoran a quienes están atravesando por su primera menstruación, llamada menarquía, e invisibilizando así que el ciclo menstrual nos acompaña desde que somos más pequeñas de lo que los comerciales muestran.
Pantalones blancos y energía todo el día
Existe un notorio énfasis en los comerciales por mostrar qué tan efectivas son sus toallas absorbiendo el flujo menstrual y para hacerlo no tienen mejor idea que el que una mujer se luzca en un pantalón blanco durante los días de su regla.
El temor femenino a que una mancha de sangre ensucie su ropa es explotado al máximo con esta escena. De esta manera se fortalece la idea de que la sangre es algo sucio de lo que tenemos que avergonzarnos terriblemente por lo que cualquier toalla que nos libere de la espantosa situación de que alguien más note que estamos menstruando es lo mejor que podemos encontrar.
Por otro lado, se nos convence a todas de que durante los días de nuestra regla debemos mantenernos tan activas como en cualquier otro día y hasta se nos dice que podemos tener la energía física en nuestro punto máximo mientras menstruamos.
Como sabemos, la fase menstrual es un momento de descanso en el que nuestro cuerpo nos pide que hagamos una pausa o que vayamos un poco más lento, pues está realizando un arduo trabajo al expulsar los restos de endometrio a través de nuestra sangre menstrual.
Aunque cada mujer vive su menstruación a su manera afirmar que todas debemos seguir siendo tan productivas como siempre no es un mensaje positivo sobre nuestro cuerpo sino una imposición a medirnos por la mirada masculina que piensa que el mundo es lineal y que ignora que las mujeres, como todo en la naturaleza, somos cíclicas.