7 cosas que no sabías sobre la vagina
Únete al canal de Whatsapp de WapaEn nuestra vida sexual la vagina tiene un rol protagónico, es a través de ella que se desliza cada mes la sangre de nuestro ciclo menstrual, por allí parimos (las que decidimos parir) y en ella experimentamos la penetración (con pene, dedos o juguetes sexuales), sin embargo este órgano genital en gran medida sigue siendo un desconocido para muchas de nosotras.
Para que puedas liberarte de creencias falsas sobre tu cuerpo comparto contigo estas 7 cosas que no sabías sobre la vagina.
1. Existen ejercicios para la vagina
Los ejercicios Kegel son efectivos para el fortalecimiento de tu suelo pélvico —conjunto de músculos responsables de sostener la vejiga, la uretra, el útero, la vagina y el recto—. Aunque al principio fueron creados para solucionar los problemas de incontinencia urinaria, luego se descubrió que los ejercicios Kegel también ayudaban a mejorar la calidad e intensidad de los orgasmos.
Los ejercicios Kegel consisten en fingir que tienes que orinar y luego contenerte, de tal manera que relajas y aprietas los músculos que controlan el flujo de orina y con ello fortaleces los músculos de tu suelo pélvico.
2. No es necesario que laves tu vagina
Para la limpieza de los genitales femeninos existe una amplia diversidad de productos de higiene íntima en forma de gel, jabones líquidos o incluso duchas que prometen mantener una buena higiene de esa área de nuestro cuerpo.
Pero lo cierto es que estos productos no sólo no son necesarios sino que son perjudiciales para la salud sexual de las mujeres. Es el caso de las duchas vaginales, una práctica que hasta hace poco se consideraba recomendable, pero que ahora ha comenzado a desaconsejarse por los médicos debido a que altera la flora vaginal y el pH de la vagina, lo cual puede provocar desde infecciones vaginales hasta infecciones de transmisión sexual.
Las duchas vaginales consisten en irrigar la vagina colocando un aplicador de plástico que contiene una mezcla de agua y vinagre. Esta práctica trae como consecuencia que se altere la flora vaginal, la cual está compuesta por bacterias beneficiosas que habitan esta parte del cuerpo. Estas bacterias evitan que organismos patógenos produzcan infecciones vaginales, por eso es fundamental mantener intacto el balance de la flora vaginal.
3. La vagina varía de tamaño durante el sexo
La vagina tiene la capacidad de cambiar su tamaño de acuerdo a la circunstancia en la que nos encontremos. Por ejemplo, durante una relación sexual puede crecer hasta un 200% de su tamaño original.
Mientras que cuando se acerca el orgasmo, la vagina disminuye de tamaño en un 30% de su tamaño original, debido a que los músculos de la vulva se contraen de forma brusca durante el clímax sexual.
4. No existen los pedos vaginales
Aunque estés convencida de que ese sonido que ha salido de tu vagina es un pedo, déjame decirte que no lo es. El sonido es muy similar al de una flatulencia, pero esas bocanadas de aire que a veces salen de tu vagina es simplemente aire atrapado en el canal vaginal. Puedes comprobar que no es un pedo porque no tiene olor alguno.
5. La vagina no se puede ver a simple vista
Desde niñas es común que sólo escuchemos la palabra vagina cuando se hace referencia a nuestros órganos sexuales, pero lo cierto es que la mayoría de veces cuando decimos vagina en realidad estamos hablando de la vulva.
La vulva es lo que puedes observar con tan sólo abrir tus piernas y colocar un espejo frente a ella. A diferencia de la vulva, la vagina es un órgano complicado de observar a simple vista, para verla es necesario contar con un espéculo, instrumento médico que se emplea en las consultas ginecológicas y que, al dilatar la abertura vaginal, permite mirar hacia dentro.
La vagina es un conducto tubular elástico y muscular que conecta la vulva con el cuello uterino o cérvix (órgano muscular con un orificio pequeño a través del cual se expulsa la sangre menstrual) y el útero (órgano muscular en el que se desarrolla el feto durante el embarazo.
6. La vagina emite fluidos todos los días
Contrario a lo que muchas creen o a lo que la industria de la higiene íntima nos hace creer, la vagina emite secreciones durante todos los días del mes. La textura de dichas secreciones suele variar a lo largo de cada una de las fases del ciclo menstrual. Por ejemplo, es transparente durante la fase preovulatoria y es blanca y cremosa durante la premenstrual.
Siempre y cuando este flujo natural no sea confundido con descenso de algún otro color o que produzca ardor o picazón no hay de qué preocuparse. Pero si tienes estos síntomas es probable que se trate de alguna infección vaginal y es necesario que consultes con tu médico de confianza.
7. La vagina no es tan sensible como crees
La vagina es prácticamente insensible, el placer derivado de su penetración está relacionado con la parte interna del clítoris que se encuentra dentro de las paredes vaginales.
Cuando hablamos de sexo y sexualidad debemos dejar de confundir el placer con la reproducción porque son dos temas que no necesariamente van de la mano ni siquiera anatómicamente. Por un lado, tenemos la vagina, que está asociada a la menstruación y al parto; y, por otro lado, tenemos el clítoris, que está relacionado únicamente con el placer y el orgasmo.