Corsés, la tendencia en tops que exhibe Brunella Horna y que es imposible no anhelar

Lo dice la pasarela, este otoño la silueta se encorseta para realzar la figura. Únete al canal de Whatsapp de Wapa
    Corsés, la tendencia en tops que exhibe Brunella Horna y que es imposible no anhelar
    Brunella Horna | Facebook

    Sí quieres lucir el corsé como lo hace Brunella Horna en sus últimas publicaciones, no te pierdas esta nota porque te daremos todos los detalles sobre lo último de esta tendencia que ya acapara las pasarelas internacionales. Solo agradece que ya se acabó la época donde te obligaban a que tienes que tirar de esos hilos tan tensos que apenas puedes respirar.

    Y todo empieza así, una vez que tienes la capacidad de combinar un corpiño del siglo XXI, como lo hace acertadamente Brunella Horna, con jeans o una falda larga y elegante, este antiguo símbolo de la opresión femenina se transforma en una deliciosa alternativa a una camiseta predecible, una abotonada aburrida, o una blusa campesina. Existen corsés-sujetador de satén de línea larga deliberadamente holgados y holgados en el último desfile de Nina Ricci de Guillaume Henry: las copas sin llenar, lejos de ser voluptuosas, son militantemente poco atractivas y ligeramente inquietantes.

    Brunella Horna nos confirma, los corsés siguen esa estela de las siluetas más inesperadas, pero también regresan de mano del auge de la lencería, una de las tendencias más vistas sobre la pasarela este 2021. Hemos visto sujetadores a la vista, que no necesitan introducción. Hemos visto camisones y saltos de cama, como en Gucci, tops lenceros, como en Coach y también corsés. Los hay para todos los gustos: mientras que LaQuann Smith opta por tops encorsetados que recuerdan a los que lleva varios años firmando Orseund Iris, Thierry Mugler opta por darle el punto más dominatrix, en negro, así como lo luce Brunella Horna en sus últimas fotos de Instagram.

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    El nude de los bustiers de Jason Wu o Vera Wang recuerda a los corsés de toda la vida. Así que adelante, estallar en una fantasía de Vivienne Westwood a cuadros y flores o en un encantador y atrevido Mugler de mezclilla o una sinfonía de flecos de Dolce & Gabbana, también es una opción.

    Recordemos un poco, para nuestras antepasadas, que debían estar atadas con esta ropa interior desde el amanecer hasta el anochecer, el corsé funcionaba como una celda de prisión de vestuario. Y, en verdad, incluso algunas mujeres modernas no ven su encanto: “Odio llevar algo ajustado. Un corsé es mi idea de tortura”, ha afirmado la modelo Raquel Zimmermann en una entrevista a la revista Hola de España.

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    Por otro lado, Michelle Dockery, quien usó muchas de estas cosas como Lady Mary en Downton Abbey, aparentemente amaba cada minuto: “No me importa usar un corsé”, ha confesado. "Informa tu postura, cambia la forma en que te mueves, no puedes encorvarte".

    Aunque se trate de una prenda íntimamente ligada con el universo de la ropa interior, el corsé va más allá. Es una prenda sorprendentemente democrática capaz de unir desde el punto de vista formal figuras tan antagónicas como la de John Galliano o Gianni Versace: el primero, como uno de los adalides de la moda historicista capaz de reinterpretar la prenda por excelencia capaz de resiste los embates de la historia. Versace, por la capacidad de escandalizar al público experimentando con el lado más provocador del corsé o bustier, llevándolo incluso al sado (en la colección otoño de 1991-92).

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    Me encantan los corsés desde que era pequeña. Cuando era niño, mi abuela me llevó a una exposición y tenían un corsé en exhibición. Me encantaba el color carne, el satén salmón, el encaje”, recordó una vez el magistral Jean Paul Gaultier, dando voz al encanto dramático de un corpiño ajustado.

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    La novedad pasa, sin embargo, por el color blanco. Una propuesta de lo más refrescante que se traduce en armazones con bolsillos (Dion Lee) o juegos de raso (Burberry). Otra es incorporar pequeños detalles que ayuden a rebajar un poco la carga erótica inherente a los corsés o los bustiers. Aunque resulta difícil descontextualizarlo, el secreto de estilismo radica, como proponían Lee y Burberry, en tratarlo como una prenda más. Y en este caso el layering o las superposiciones de capas es la mejor forma de hacerlo: bien mediante un tank top en el mismo color y unos pantalones a juego, o una camisa blanca que ayude a confundirse con los propios tonos del corsé.

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