La historia del padre se negó a soltar la mano de su hija fallecida por terremoto en Turquía

Un padre de familia identificado como Mesut Hancer se negó a soltar la mano de su hija fallecida a causa del terremoto en la provincia de Kahramanmaraş, Turquía. La foto se hizo viral en las redes sociales, causando desconsuelo en los usuarios.

El retrato fue captado por el fotógrafo la agencia AFP, Adem Altan, quien se percató que un hombre se mantenía en cuclillas, alejado de las personas que fueron rescatadas por los bomberos.

Su mano estaba distante de su ubicación, por lo que Altan logró visualizar que Hancer estaba sujetando la mano de quien en vida fuera su hija de 15 años. Medios internacionales señalaron que el hombre esperaba a los rescatistas para así recuperar el cuerpo de su niña.

De acuerdo con la información del portal Apollo, Mesut Hancer se desempeñaba como administrador de redes y sistemas en la compañía Comdata de Turquía. El fenómeno natural lo sorprendió cuando él se encontraba en casa junto a su menor hija.

Autoridades locales han confirmado el fallecimiento de 11 mil 200 personas a causa del terremoto registrado en Turquía y Siria. También se ha informado que unas 8 mil personas fueron rescatadas con vida tras la destrucción de 6 mil edificios.

La gran interrogante que se han hecho múltiples ciudadanos es ¿Por qué el terremoto de magnitud 7.8 fue tan intenso? Hay varios factores que nos permitirán comprender el origen e impacto de este fenómeno.

Según declaró el doctor del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a CNN, Carlos Miguel Valdés González, la zona del epicentro es compleja.

¿Esto a qué se debe? Sucede que Valdés afirmó que el lugar en donde ocurrió el fenómeno es propensa a los sismos, pues la zona del país turco se encuentra rodeado por tres placas.

"En la parte norte, (Turquía) tiene a la placa euroasiática, en la parte sur a la placa africana y en la parte sureste a la placa arábiga", explicó.

Carlos Valdés indicó que las placas se mueven alrededor de tres a seis centímetros por año a una velocidad que el humano no lo detecta. Este esfuerzo genera que se vaya acumulando energía en los puntos de contacto (fallas) de las placas.

Cuando esta energía acumulada en las fallas ya no resiste, la roca se rompe produciendo un sismo. La magnitud del mismo dependerá exclusivamente de la energía que se acumuló y del tamaño de la ruptura de la falla.

En otras palabras la zona de Turquía, al estar ubicada entre tres placas, tuvo una fuerte liberación de energía, lo cual desencadenó el terremoto. Además, la profundidad del evento (17.9) fue otro detalle a tomar en cuenta.